9 ago 2009

LA ORACION DE FE

Por:

Charles G. Finney




"Por eso os digo que todo cuanto rogáis y pedis, creed que lo estáis recibiendo, y lo tendréis." (Marcos ll: 24 .)


1. La Biblia establece muchos principios y da muchas promesas que los cristianos podrian usar, con sólo pensar en ellas. Cuando estás en circunstancias a las cuales se aplican las promesas y principios, deberías usarlos. Un padre halla esta promesa: "Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos. Sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra" (Salmo 103:17,18). Aquí hay una promesa para los que poseen cierta característica. Si un padre está convencido de que la tiene, tiene el derecho de aplicársela a sí mismo y a su familia. Si tienes este rasgo, puedes hacer uso de esta promesa en oración, creerla incluso para los hijos de los hijos.

2. Donde hay alguna declaración profética de que aquello porque oras es agradable a la voluntad de Dios; cuando es claro por la profecía que el acontecimiento ha de tener lugar, tienes que creerlo y hacer de ello base para tu oración de fe especial. Si el tiempo no está especificado en la Biblia, y no hay evidencia de otros orígenes, no estás obligado a creer que va a ocurrir ahora, o inmediatamente. Pero si el tiempo está especificado, o si se puede saber por el estudio de las profecías, y parece haber llegado, entonces los cristianos tienen la obligación de comprenderlo y aplicarlo, ofreciendo la oración de fe. Por ejemplo, tomemos el caso de Daniel, con respecto al retorno de los judíos de su cautividad. ¿Que dice? "Yo Daniel, miré atentamente en los libros sagrados el número de los años que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse sobre las ruinas de Jerusalén: setenta años" (Daniel 9:2). Aprendió de los libros; esto es, estudió su Biblia y por ella averiguó que el término de la cautividad eran setenta años.




3. ¿Qué hace entonces? Se apoya sobre la promesa y dice: "Dios ha prometido poner fin a la cautividad dentro de setenta años, y este período ya ha expirado, ¿no hay, pues, necesidad de hacer nada más?" ¡Oh, no! Dice: "Y volví mi rostro al Señor Dios, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza" (vers. 3). Se puso a orar al instante para que se cumpliera la profecía. Oró en fe. Pero ¿qué había de creer? Lo que había visto por la profecía. Hay muchas profecías no cumplidas todavía, en la Biblia, que los cristianos tienen la obligación de entender, en tanto que son capaces de ello, y que son base para la oración de fe. No creáis, como hacen algunos, que por haber sido profetizado no es necesario orar por ello, o de que pasará, oren o no los cristianos. Dios dice con respecto a esta misma clase de sucesos que son revelados en la profecía: "Aun seré solicitado por la casa de Israel, para hacerles esto." (Ezequiel 36:37.)

4. Cuando el Espíritu de Dios está sobre ti, y estimula deseos fervientes sobre cualquier bendición, estás obligado a orar por ello en fe. Estas obligado a inferir, por el hecho de que te sientes atraído por el deseo a esta cosa como resultado de la actividad del Santo Espíritu, que estos deseos son obra del Espíritu. No es común que la gente ore con los deseos de tipo recto, a menos que sean estimulados por el Espíritu de Dios. EL apóstol se refiere a estos deseos, estimulados por el Espíritu, en su Epístola a los Romanos, cuando dice: "Y de igual manera también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues, qué es lo que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles" (Romanos 8:26).

5. Es evidente que la oración de fe obtendrá la bendición, por el hecho de que nuestra fe descansa en evidencia de que la voluntad de Dios es conceder la tal cosa. No es evidencia de que será concedido algo distinto, sino esta cosa particular. Pero ¿cómo podemos tener evidencia de que esto nos será concedido, si a lo mejor se nos concede otra cosa? La gente, a veces, recibe más de lo que piden. Salomón pidió sabiduría y Dios le concedió riquezas y honores, además. De modo que una esposa puede orar por la conversión de su marido, y ofrece la oración de fe, y Dios puede que le conceda no sólo esta bendición, sino convertir al hijo y a toda la familia de ella. Las bendiciones a veces parecen "juntarse", de modo que si el cristiano consigue una las consigue todas.

Podría nombrar muchos casos de individuos que se han puesto a estudiar este tema en la Biblia, y cuando habían Ilegado bastante adelante, estaban llenos del espíritu de oración. Habían hallado lo que Dios quería decir con sus promesas, que es lo que un hombre de sentido común entendería. Os aconsejo que Io intentéis. Tenéis biblias; abridlas, y donde halléis una promesa que podáis usar, afirmad vuestra mente en ella antes de seguir adelante; y no habréis llegado al final del libro sin descubrir que las promesas de Dios quieren decir, simplemente, lo que dicen.

6. Es necesario perseverar. No debes orar por la cosa una vez y cesar, llamándolo oración de fe. Mira a Daniel. Oró durante veintiún días, y no cesó hasta que consiguió la bendición. Puso su rostro y su corazón ante el Señor, para buscar por medio de la oración, con ayuno, cilicio y ceniza, y después de tres semanas llegó la respuesta. ¿Por qué no antes? Dios envió al arcángel para llevarle el mensaje, pero el diablo interfirió (véase Daniel 10:11-14). Ved Io que dice Cristo en la parábola del juez injusto, y en la parábola de los panes. ¿Qué nos enseña con ellas? Pues que Dios contestará la oración aunque sea importuna. "¿Y acaso no hará Dios justicia a sus escogidos que claman a El de día y de noche?" (Lucas 18:7).

Me dijo un buen hombre (el Rev. D. Nash): "¡Oh, me estoy muriendo de deseo de tener poder en la oración! Mi cuerpo está aplastado, llevo el mundo encima, y ¿cómo puedo dejar de orar?" Sé que este hombre se acostaba agotado y desmayando bajo la presión. Y sé que oraba como si hiciera violencia al cielo, y luego hemos visto que la bendición descendía simplemente como una respuesta a su oración, de modo que nadie podía dudar de que era como si Dios le hablara desde el cielo. ¿Os diré cómo murió? Oró y siguió orando; se puso el mapa del mundo delante y oró, y miró a los diferentes países oró por ellos hasta que expiro en su habitación, orando. ¡Bendito sea este hombre! Le consideraban como un reprobado los impíos, los carnales, los intelectuales; pero era el favorito de los cielos, un príncipe que prevalecía en la oración.

7. Pero puede que preguntes: "¿Por quién hemos de orar así. Queremos saber los casos, las personas, los lugares y los tiempos si hemos de hacer la oración de fe." Y yo contesto, como ya he contestado antes: "Cuando tenéis la evidencia --de las promesas, Escrituras, providencias o directrices del Espíritu-- de que Dios quiere las cosas por las cuales oráis."

8. "¿No es verdad que hay una promesa de que los padres piadosos pueden pedir por sus hijos? ¿Por que, pues, hay tantos padres piadosos que tienen hijos impenitentes, que mueren en sus pecados?" Admitiendo que sea así, ¿qué demuestra este hecho? "Que Dios sea veraz, y todo hombre mentiroso" (Romanos 3:4). ¿Qué vamos a creer, que la promesa de Dios ha fallado o que estos padres no cumplieron con su deber? Quizá no creían la promesa, o no creían que hubiera lo que llamamos la oración de fe. Como sea, siempre que hallamos un creyente que no cree en esta oración, vemos, en general, que sus hijos u otros familiares están todavía en sus pecados.

9. ¿no conduce un punto de vista así al fanatismo? ¿No pensarán muchos que están ofreciendo la oración de fe cuando no lo están? Esta es la misma objeción que hacen los unitarios contra la doctrina de la regeneración: que muchos creen que han nacido de nuevo cuando no han nacido. Es un argumento contra toda religión espiritual. Algunos piensan que lo tienen, y no lo tienen y son fanáticos. Pero hay algunos que conocen qué es la oración de fe, como hay los que saben lo que es la experiencia espiritual, aunque algunos que lo profesen, de corazón frio, no lo sepan. Incluso hay pastores que se hacen vulnerables a la reprimenda que Cristo dio a Nicodemo: "¿Eres tú maestro en Israel y no sabes estas cosas?" (Juan 3:10).

10. Las personas que no tienen la experiencia de lo que es la oración de fe, tienen razón de dudar de su propia piedad. Esto no es falta de caridad. Que se examinen a sí mismos. Hay que temer que entienden la oración tan poco como Nicodemo entendía el Nuevo Nacimiento. No han andado con Dios, y no es posible describírselo, como no es posible describir un cuadro hermoso a un ciego.

11. Hay razón para creer que hay millones en el infierno, porque hay creyentes que no han ofrecido la oración de fe. Aunque los creyentes tenían las promesas delante de sus ojos, no tenían bastante fe para usarlas. Las señales de los tiempos, las indicaciones de la Providencia eran favorables quizás, y el Espíritu de Dios estimulaba sus deseos de salvación de las aimas. Había evidencia bastante de que Dios estaba dispuesto a conceder una bendición, y si los creyentes hubieran orado en fe, Dios la habría concedido; pero, se volvieron de espaldas, porque no supieron discernir las señales de los tiempos.

12. Conocí a un padre que era un buen hombre, pero tenía ideas equivocadas respecto a la oración de fe; y todos sus hijos llegaron a hombres sin que ninguno de ellos se hubiera convertido. AI fin, uno de los hijos enfermó, y parecía que iba a morir. EL padre oró, pero el hijo se puso peor, y parecía que se hundía en la tumba sin esperanza. El padre oró, hasta que su angustia se hizo inexpresable. AI fin oró (parecía que no había esperanza de que su hijo sobreviviera) de modo que derramó su alma como si no pudiera serle denegado y, al fin, recibió la seguridad de que su hijo no sólo viviría, sino que se convertiría; y de que no sólo éste, sino que toda su familia se convertiría a Dios. Fue a su casa y les dijo a la familia que el hijo no moriría. Se quedaron asombrados. "Os digo --insistió-- que no morirá. Y ninguno de mis hijos morirá en sus pecados." Los hijos de este hombre se convirtieron todos, hace ya años.

¿Qué opinas de esto? ¿Era fanatismo? Si crees que lo era es porque no entiendes nada sobre el asunto. ¿Oras así? ¿Vives de tal manera que puedes ofrecer oraciones así para tus hijos? Sé que los hijos de creyentes pueden convertirse a veces como respuesta a la oración de otros. Pero ¿tienes que vivir así? ¿Te atreves a confiar en las oraciones de otros, cuando Dios te llama a mantener esta importante relación con tus hijos?

13. Finalmente; ved los esfuerzos combinados que se hacen para poner de lado la Biblia. Los inicuos están dispuestos a echar por la borda las amenazas de la Biblia; y la Iglesia, las promesas. ¿Qué nos queda, pues? Entre ellos dejan la Biblia en blanco. Y yo pregunto en amor: "¿Para qué sirve nuestra Biblia, si no echamos mano de sus preciosas promesas, y las usamos como base de nuestra fe cuando oramos pidiendo la bendición de Dios?" Sería mejor que enviáramos las biblias a los paganos, donde podrían ser de alguna utilidad, si es que no vamos a creerlas y usarlas.